mas historias

Oviedo siempre ha habido una gran tradición en cuanto a bombones se refiere.
Desde hace décadas está abierta la bombonería Peñalba, en pleno centro de la ciudad, en la calle Milicias Nacionales, al lado de la tan conocida estatua de Woody Allen.
Y durante décadas, los carbayones y los turistas que venían de paso, paraban en Peñalba para comprar una caja de sus riquísimos bombones.
Era un regalo muy habitual y con el que sabías que siempre acertabas, porque no conozco a nadie que no le gustasen esos bombones, tan finos y riquísimos.
Y Peñalba sigue existiendo y sus ventas no sé en qué estado se encontrarán pero puedo asegurar que el establecimiento sigue abierto y que la gente continúa yendo a comprar allí.
También es cierto que en Oviedo late un espíritu decimonónico, de la Regenta, por lo que la gente mayor sigue siendo fiel a la tradición de Peñalba.

¿CÓMO NACIÓ OVETUS?

Sin embargo en Peñalba el trato a los clientes era más bien malo, aunque seguíamos comprando allí porque sin duda era la mejor bombonería de la ciudad y ninguna otra podía compararse a ella.
Esto fue así hasta que unos trabajadores de Peñalba decidieron instalarase por su cuenta y formar Ovetus.
No sé si se llevaron las recetas o si incluso las mejoraron, pero lograron crear una bombonería que vendía los mismos bombones que en Peñalba, o quizá incluso mejorándolos.
Y poco a poco la gente dejó de comprar en Peñalba y empezó a comprar en Ovetus.Empezaron con una pequeña tienda, y en la actualidad tienen cuatro repartidas por el centro de la ciudad. Hoy tan referente o más es Ovetus como Peñalba y turistas y carbayones no dejan de ir a comprar a Ovetus para llevarse a sus casas sus deliciosos bombones.

¿QUÉ PUEDO COMPRAR EN OVETUS?

Las diferencias entre Peñalba y Ovetus han seguido acrecentándose, ya que Ovetus es mucho más que una bombonería.
Como he dicho, e insisto en ello, hacen unos bombones realmente deliciosos, pero además de bombones la tienda no se queda sólo en eso.
Han tenido una visión comercial mucho más amplia y además de bombones también hacen tartas y pasteles que están realmente riquísimos.
Tienen una gran variedad y también puedes encargarlas de una determinada manera según tu gusto, en el caso de las tartas.
Cuando entras en cualquiera de sus establecimientos, incluso antes de entrar, ya desde el escaparate, podrás ver una explosión de color.
Todo en Ovetus es alegría y colorido, lo que se contrapone al espíritu sombrío de Peñalba. En Ovetus han sabido rehacer el sistema, vender algo bonito, a un precio razonable, y siempre con sus mejores sonrisas.
A veces necesitas hacer un regalo a alguien y no sabes qué exactamente, quizá te parezca que una caja de bombones sin más no tiene demasiada gracia. Allí te dan la posibilidad de regalar un bonito objetos de cristal o cerámica lleno de bombones, y te puedo asegurar que cuando regalas eso, aunque lógicamente el presupuestos es mucho mayor, quedas como una reina, a todo el mundo le encanta.
De hecho, tienen el don de hacer las cosas bonitas y muy bien presentadas, con mucho gusto y sin recargos excesivos.Tampoco se olvidan de los niños, y tienes la posibilidad de comprarles peluches, o algún objeto gracioso.
Y especial es la época actual, la de semana Santa. En Asturias hay mucha tradición de regalar el bollo a los ahijados, y éste consiste en una tarta con una figura de chocolate encima, o en figuras grandes de chocolate que reproducen todo lo que se te pueda ocurrir.
En estas fechas todos los escaparates de las pastelerías están preciosos, disputándose entre sí el hecho de ser los más bonitos de todo Oviedo.
Y pasar por delante de un escaparate de Ovetus es toda una delicia, sólo verlo ya te encanta, y luego comerte esas figuras de fino chocolate... hummmm!!!
¿DÓNDE ESTÁ OVETUS?
Como dije antes tiene cuatro tiendas situadas en el centro de Oviedo:

- La primera de ellas en la CALLE URÍA
, justo frente a El Corte Inglés, en la calle principal de Oviedo.
Es una tienda pequeñita, quizá la más pequeña de todas pero tienen de todo en ella.-
La segunda está en la PLAZA SAN MIGUEL.
Está situada muy cerca de la esquina izquieda superior del Campo San Francisco.
Es un poco más grande que la de Uría y mucho más luminosa y llena de colorido.
- La tercera es la del FONTÁN.
Está localizada enfrente de la arcada de la Plaza de Fontán y creo que es la más grande de todas.- La cuarta y última de ellas está situada en la calle VALENTÍN MASIP, sin duda la más alejada del centro, aunque como oviedo es pequeñita y se anda muy bien, tampoco queda tan lejos.
Son muy conocidas en Oviedo y las tres está muy céntricas, por lo que si queréis ir y no sabéis cómo llegar, preguntad a cualquiera, todo el mundo las conoce y sabrá orientaros.

PRECIOS

Lógicamente baratas no son, eso ya lo digo por adelantado, pero quien algo quiere, algo le cuesta. Cuando empezaron eran más baratas que Peñalba, porque tenían que hacerle la competencia. Ahora los precios de los bombones creo que son iguales, 9€ y pico la caja de cuarto de kilo, por lo que el kilo viene a salir por unos 38€ más o menos.
En el caso de los pasteles, hace mucho que no los compro allí, pero vendrán a salir por más de 1€ cada pieza. Por ello, si se quiere una docena, habrá que pensar en unos 15€ más o menos.
Para tartas, monas de pascua y demás, ya no os puedo orientar demasiado, pero supongo que más de 20-25€ seguro, pero ya os digo, es mera suposiciòn.

MI OPINIÓN. ALGUNAS CURIOSIDADES

Mi opinión sobre este lugar es fantástica, porque creo que se lo merece. Un cinco estrellas de ciao sin lugar a dudas. Os puedo asegurar que con lo que compréis allí acertaréis sin duda, luego todo depende del dinero que os queráis gastar, pero podéis quedar como príncipes regalando cualquiera de sus especialidades.
La pega, claro está, es el precio, pero vuelvo a insistir en que quien algo quiere, algo le cuesta, y la calidad se paga.

Ahora, estoy segura de que no os defraudará.

Os pongo el enlace de la web para que podáis ver sus escaparates y si os interesa echarle un vistazo a lo que puede comprarse allí, que es mucho más que lo que yo he dicho. También tienen la posibilidad de comprar on line, así que quizá a alguien le interese:

http://www.confiteriaovetus.com/
/
Decir también que el símbolo de la confitería es el símbolo de Oviedo, la Cruz de los Ángeles, y que sus bolsitas son azules del color de la bandera asturiana y con la serigrafía de la Cruz de los Ángeles, realmente bonita. A veces te las dan de plástico, pero últimamente a mí siempre me han dado unas bolsas de papel-cartón y las asas son de lazos, realmente preciosas. Incluso me las he llevado a Madrid y me gusta verlas de vez en cuando, puro fetichismo y nostalgia de la tierrina.

Lo dicho, si venís por Oviedo, no dejéis de pasar por esta confitería, seguro que os encanta.

Camilo de Blas, patrimonio de Oviedo

La pastelería de mayor tradición en la ciudad se ha convertido en una de sus señas de identidadAutor: Eva Vélez

En el número 7 de la calle Jovellanos, en un edificio modernista, en los bajos encontramos Camilo de Blas, uno de esos establecimientos que apenas quedan ya en Oviedo.
s mucho más que una buena confitería, es una institución en la historia de la ciudad
.
Todo empezó en León a mediados del siglo pasado, en concreto en 1827. Allí, Camilo de Blas fundó la casa matriz.
Y en febrero de 1914 se establece en Oviedo con la actual confitería un hijo del fundador, José, al lado de la estación del Vasco, en la calle Jovellanos, mientras otro lo hacía en Gijón, Julián, en el paseo de Begoña, pero este establecimiento ya ha desaparecido.

A José de Blas Alonso le sucedió su hijo, Camilo de Blas. Camilo de Blas hijo aprendió el oficio con buenos maestros, y cuando murió su padre José de Blas, Camilo subió a la tienda. Fueron años de duro trabajo, de un esfuerzo constante por mantener la calidad, renunciando a la tentación de los sucedáneos, de la producción fácil.
Una herencia familiar basada en la tradición más pura y en el respeto por un trabajo de ya casi un siglo de vida.
La cuarta generación es la que actualmente lleva las riendas del negocio, después del triste fallecimiento de don Camilo de Blas, afincado en Oviedo desde hacía mas de setenta y cinco años, y maestro pastelero a la vieja usanza. Hoy es su hijo José Juan, quien, con orgullo y respetando en su integridad el gran legado familiar, lleva las riendas del negocio.
Camilo de Blas es una, sino la que más, prestigiosa confitería de Oviedo. Si los tiempos han cambiado, su interior sigue prácticamente igual que en el día de su inauguración. La altura de techos, las columnas clásicas y los anaqueles llenos de botellas viven la esencia de otra época, aquella en la que el Ferrocarril del Vasco traía a miles de personas y no cumplir el ritual de pasar por Camilo de Blas era imperdonable. La tradición exigía cumplir los domingos con el ritual obligado de ir a misa y a la salida comprar pasteles.
En el establecimiento se conservan dos magníficos espejos, uno de ellos vertical, de los primeros años del siglo XX, y con una capacidad de reflexión magnífica, hoy día imposible de conseguir. El segundo es una copia realizada en los años 40, apaisado, pero de menos calidad que el primero. El mostrador es también el original desde la inauguración, con mármol de carrara y una de las joyas de Camilo de Blas, aún hoy motivo de asombro para marmolistas. Camilo de Blas hijo adquirió dos máquinas registradoras, capaces de pesar, cifrar y hacer todas las operaciones necesarias con los precios de la época. Ambas continúan funcionando perfectamente hoy en día, sorprendiendo por su avanzada concepción. Y siguen los detalles. El reloj que cuelga al lado de la placa que recuerda la fecha de fundación de Camilo de Blas, 1914, se encuentra en unas excelentes condiciones de conservación. Testigos de épocas pasadas, en las que un jovencísimo Francisco Franco se encontraba con su novia, y podían evitar miradas y críticas ajenas mientras se sentaban en aquellas mesas donde servían chocolate acompañado de un vaso de agua con esponjao y pasteles o pastas.
El edificio modernista, de gran belleza, que antiguamente había sido un colmado, llegó a alojar a la gente más prestigiosa de Oviedo; desde un cónsul honorífico hasta las señoras que lucían los últimos modelos, los más elegantes. Jovellanos número 7 se convirtió en la casa más emblemática de Oviedo y su bandera, la pastelería Camilo de Blas.
No solamente pasteles, sino que también artículos de importación (aquellos ultramarinos finos, pura distinción de siglos pasados) y vinos selectos, se pueden encontrar en el establecimiento. Un capítulo especial merecerían los carbayones, patrimonio de toda la repostería asturiana y convertidos por Camilo de Blas en símbolo de Oviedo. José de Blas encargó al maestro de obrador José Gutiérrez un pastel especial que representara a Oviedo en la I Feria Internacional de Muestras de Gijón, allá por el año 1924. Y nacieron los carbayones, exquisitos pasteles de hojaldre y almendra cubiertos con un finísimo fondant de yema.
Hoy se continúan elaborando con el mismo mimo y esmero artesanal. En verano, su venta puede considerarse como espectacular y son numerosas las cajas que salen para Madrid, Barcelona, Sevilla…
Las duquesitas hicieron su presentación oficial en aquella primera Feria de Muestras de Gijón acompañando a los carbayones; almendra, azúcar y yema. Otros las llamaron princesitas y se intentaron apuntar su creación, dándoles más empaque y más nobleza, pero las duquesitas salieron, originalmente, del obrador de Camilo de Blas.
Otro de los productos típicos de la pastelería son las bizcotelas, procedentes de la Casa de León, con un bizcocho de espuma relleno de yema. Unas son blancas, por su baño de azúcar más la clara de huevo y otras de chocolate, por la cobertura de fondant que las envuelve.
Cuando llega la Navidad, las nueces glaseadas son una tentación difícil de resistir. Creación especial de Camilo de Blas, están hechas con turrón, nueces y yema. Sólo se elaboran en la época navideña. Camilo de Blas, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, es sinónimo de calidad y toda una referencia. Lleva casi un siglo endulzando la ciudad. Ha sabido vencer la tentación de sacrificar la calidad por las tentaciones de la modernidad, manteniendo su filosofía. Un buen trato y una mejor atención al cliente son las claves del éxito de uno de los establecimientos más emblemáticos de Oviedo.
Ya existen algunas voces que quieren institucionalizar

«el Día del Carbayón»

, una iniciativa que sería todo un homenaje al saber hacer y la profesionalidad de una familia de honda tradición pastelera. «Camilo de Blas es ya patrimonio de la ciudad», sabia sentencia de José Juan de Blas.