Restaurante Casa Conrado Restaurante Casa Fermín Restaurante Casa Gerardo Restaurante Casa Victor Restaurante Del Arco Restaurante El Puerto Restaurante La Goleta Restaurante La Gruta Restaurante Las Delicias Restaurante La Zamorana Restaurante Real Balneario de Salinas Restaurantes clásicos de Asturias:Restaurante Casa Conrado Restaurante Casa Fermín Restaurante Casa Gerardo Restaurante Casa Victor Restaurante Del Arco Restaurante El Puerto Restaurante La Goleta Restaurante La Gruta Restaurante Las Delicias Restaurante La Zamorana Restaurante Real Balneario de Salinas
Ni que decir tiene que estamos hablando de los santones, de los que aparecen en todas las guías, de los incuestionables, de aquellos comedores de los que casi no hace falta ni hablar porque son de sobra conocidos dentro y fuera de nuestras fronteras.
Sin embargo no son tan homogeneos como en un principio pudiera parecer. Los hay de ciudad, de campo y hasta de playa, de propietario cocinero, maître o simplemente anfitrión, de corte clásico o renovador, incluso especialistas en pescados y mariscos. Lo que sí deben cumplir todos es un requisito, la seguridad de que el comensal nunca puede salir defraudado. Quizás no sean tan espectaculares como los jóvenes de cocina de autor, ni tan folklóricos como las casas de comidas o las sidrerías, pero a cambio sabemos que tendremos un servicio impecable, unas instalaciones perfectas, unas cartas impólutas y completas, una absoluta selección de productos, una elaboración y presentación esmeradas y, ¡atención!, que no habrá sustos en las facturas, algo que cada día se valora mas y que, curiosamente, en estos comedores, que son los mas lujosos, nunca se llevará usted esa desgradable sorpresa.Para muchos consumidores, incluso no pocos profesionales de la crítica, estos restaurantes están algo anquilosados, anclados en el pasado, aburridos, demasiado rígidos en sus formas. Yo no opino así, en la pluralidad está gran parte de la riqueza de nuestra oferta gastronómica y los clásicos nunca mueren.
Restaurantes de cocina de autor:Restaurante Al Son del Indiano Restaurante Casa Marcial Restaurante El Cenador del Azul Restaurante El Corral del Indianu Restaurante El Perro que fuma Restaurante La Casa de la Ribera Restaurante La Corriquera Restaurante L’ Alezna Restaurante La Puerta Nueva Restaurante La Solana Restaurante La Tabla Restaurante Paladares Restaurante San Pelayo Restaurante Taberna de Viavélez
Restaurantes de cocina de autor:
Armonía, estética, fractura con todo lo establecido, búsqueda de nuevos productos y formas de cocción, sabores sorprendentes y sobre todo mucha imaginación, casi rayando en la creatividad artística; todo esto es lo que se van a encontrar en estos jóvenes restaurantes.
A principio de los años ochenta, surgió el movimiento de “La Nueva Cocina Vasca”. Todo saltó por los aires y costó sangre, sudor y lágrimas, hacer entender a los comensales españoles que no solo hartándose de comida se podía disfrutar de una buena mesa. La cantidad dejó paso a la calidad, digamos que la hostelería entró en la parte intelectual de la gastronomía. Pero también hubo listos, cocineros sin escrúpulos que, aprovechando el tirón, copiaron sin cuartel a los maestros, llevando aquella hermosa revolución al esperpento, a la farsa, al abuso, al timo. Como respuesta surgió el concepto de “Cocina de Autor” donde no basta con hacer filigranas de Nueva Cocina, si no que éstas han de ser de cosecha propia, originales, personales. Suelen ser creaciones con notable carácter regional, basadas en las materias primas del terruño, pero tratadas con suma delicadeza, apenas cocinadas para mantener los sabores originales del producto.Son cocineros muy jóvenes y demasiado tentados por el papel couché, hasta el punto de que la mayoría de sus creaciones están más dirigidas a la fotografía de las revistas especializadas y a deslumbrar al crítico de turno, que a la propia satisfacción gastronómica del consumidor.
Armonía, estética, fractura con todo lo establecido, búsqueda de nuevos productos y formas de cocción, sabores sorprendentes y sobre todo mucha imaginación, casi rayando en la creatividad artística; todo esto es lo que se van a encontrar en estos jóvenes restaurantes.
A principio de los años ochenta, surgió el movimiento de “La Nueva Cocina Vasca”. Todo saltó por los aires y costó sangre, sudor y lágrimas, hacer entender a los comensales españoles que no solo hartándose de comida se podía disfrutar de una buena mesa. La cantidad dejó paso a la calidad, digamos que la hostelería entró en la parte intelectual de la gastronomía. Pero también hubo listos, cocineros sin escrúpulos que, aprovechando el tirón, copiaron sin cuartel a los maestros, llevando aquella hermosa revolución al esperpento, a la farsa, al abuso, al timo. Como respuesta surgió el concepto de “Cocina de Autor” donde no basta con hacer filigranas de Nueva Cocina, si no que éstas han de ser de cosecha propia, originales, personales. Suelen ser creaciones con notable carácter regional, basadas en las materias primas del terruño, pero tratadas con suma delicadeza, apenas cocinadas para mantener los sabores originales del producto.Son cocineros muy jóvenes y demasiado tentados por el papel couché, hasta el punto de que la mayoría de sus creaciones están más dirigidas a la fotografía de las revistas especializadas y a deslumbrar al crítico de turno, que a la propia satisfacción gastronómica del consumidor.
Restaurantes informales:
No vayan a pensar ustedes que estos comedores no son serios, ni por lo más remoto, incluso alguno de ellos bien podría estar entre Los Grandes Clásicos, sin embargo tienen algo más, una cierta chispa distinta, algo que impide encasillarlos bajo una determinada forma común, de ahí el nombre de este epígrafe, Los Informales, los que no comparten entre sí una misma forma.
Desde una modesta pizzería en el puerto de Gijón, con manteles de papel, donde podrán probar los mejores carpaccios y mozzarelas de España, hasta un deslumbrante comedor Art-Decó en el Oviedo antiguo, pasando por fastuosas marisquerías o modestas planchas, pero de donde salen unos pescados que el comensal jamás olvidará, todo esto lo podrá disfrutar visitando estos restaurantes. Puede parecer un cajón de sastre y quizás lo sea, pero en ningún caso esta selección desmerece de ninguna otra. Cada categoría es absolutamente soberana y, en este caso, sucede que la personalidad de cada establecimiento es tal, que no hay madre que los agrupe, salvo que dijésemos "Dónde comer de miedo", claro que en el resto de capítulos, también deberíamos decir lo mismo.Dada la diversidad de ofertas que compone este epígrafe, conviene fijarse en las características de cada establecimiento porque los saltos, tanto en precio como en instalaciones, puede ser de uno a cinco tenedores o peor aún, de diez a cincuenta euros.Restaurantes tipo casa de Comidas:Restaurante Casa Emburria Restaurante Casa Laureano Restaurante Casa Xico Restaurante El Chato Restaurante El Llar de Viri Restaurante La Nueva Allandesa Restaurante Riscal Restaurante Xuan de la Tuca
Se están poniendo de moda por toda España las Casas de Comidas de nuevo cuño, comedores decorados estilo "Country", donde una, un, o una pareja de exejecutivos, se las dan de rústicos sirviendo platos precocinados a los inexpertos y mogigatos turistas de fin de semana.
Éste no es el caso. Desde que se proyectó aquella diabólica publicidad televisiva en que una falsa asturiana daba de comer fabada de lata a los turistas que visitaban una supuesta aldea de Picos de Europa, me juré no dar cuartel a esos oportunistas que tanto daño están haciendo a la buena cocina casera y sobre todo, a la hostelería honrada, a la que lleva manteniendo el buen nombre de la gastronomía española. Asturias no es de las regiones mas castigadas por esta peste, quizás de las que menos, a pesar del siniestro anuncio. Aun así pocas son las verdaderas casas de comidas que se mantienen más allá de un aburrido menú del día, más destinado a viajantes o trabajadores eventuales de la zona, que preocupadas por mantener tradiciones y recetas que, en muchos casos, eran más complejas y sofisticadas que las de muchos comedores de postín. De todas formas y a pesar de mis advertencias, no dejen de probar los comedores económicos de nuestras aldeas. Suelen ofrecer una magnífica relación calidad/precio y en no pocas ocasiones se encontratrán con verdaderas sorpresas, agradables, por supuesto.El carácter familiar de estas casas suele implicar ciertos riesgos, como que la dueña se haya levantado con dolor de muelas o que ese día haya tocado freir sardinas, en cuyo caso habrá que hacer causa común con la anfitriona y al día siguiente llevar la ropa al tinte sin rechistar.Restaurantes tipo parrillas argentinas:Restaurante Asador de Abel Restaurante El Llagar del Quesu Restaurante El Llar de La Campana Restaurante Logos Restaurante Mesón Sancho
A caballo entre las auténticas gauchas y los asadores donostiarras, las parrillas asturianas han ido desarrollando una peculiar personalidad, toda una forma de sentarse a la mesa para ponerse uno ciego, por poco dinero y con una calidad gastronómica más que respetable.
Los arrabales de Buenos Aires están cuajados de verdaderos barracones donde los porteños acuden en familia para ponerse hasta las cejas de carne a la brasa, pero dentro de lo que su ralo presupuesto les permite. Esta visión de la hostelería fue importada a Asturias por algunos emigrantes, pero poco a poco tuvieron que ir adaptándose al medio. Así desaparecieron algunas golosinas como las patatas asadas con crema, los chinchulines o los riñones en su grasa. A cambio introdujeron los pescados, lo que en Argentina sería una aberración y alguna que otra entrada inventada por el cocinero de turno, que aporta su granito de creatividad. No son tampoco asadores vascos, porque en la mayoría de ellas prima el precio y por tanto hay muchos productos económicos, como las costillas, los chorizos criollos o el pollo al limón. Las aquí seleccionadas son las menos representativas porque hemos elegido las sin duda mejores, incluso algunas que más cerca están de un restaurante convencional que de una parrilla, pero lo que todas ofrecen es un magnífico nivel de calidad en sus carnes a la brasa.Cuando vean el anuncio de una parrilla que no esté aquí recomendada, miren antes de entrar, sobre todo si no quieren sufrir el bullicio de mil niños aulladores y otros tantos padres vociferantes.
Sidrerías asturianas:Restaurante sidrería Casa Olivo Restaurante sidrería El Cartero Restaurante sidrería El Molín de la Pedrera Restaurante sidrería La Cofradía del Puerto Restaurante sidrería Tierra Astur Restaurante sidrería Trabanco Sidrería La Figar
Es la forma autóctona de hostelería asturiana, o al menos así lo era hasta hace unos años en que la moda de la sidra cogió tal auge que hoy día se puede pagar bastante más por una comida en cualquiera de estos establecimientos que en el mejor de los restaurantes.
Antes se llamaban chigres debido a un peculiar tipo de sacacorchos de palanca (el que aparece en la foto), común a todos ellos y que fue inventado por un marinero que, aprovechando una maquinilla (chigre en términos náuticos), fabricó el curioso artilugio. En este apartado hemos seleccionado las más representativas, cada una en un estilo diferente, desde una antigua y típica, La Figar, hasta los sofisticados y elegantes comedores de La Parra o la Cofradía del Puerto, donde casi da apuro pedir sidra para comer. De todas formas las más tradicionales no están porque, para no cometer injusticias, habría que meter a todas y eso supondría por sí solo una guía más voluminosa que ésta. Esta selección obedece a unos criterios de calidad que no suelen cumplir el resto: ruidos, humos, falta de limpieza, mal servicio, carencia de originalidad, decoración deprimente, etc. De todas formas, cuando hayan ustedes probado éstas, ya sabrán por donde van los tiros y si les gusta ese ambiente, descuiden, que los bebedores de sidra somos parlanchines y camaradas y en cuatro días les habrán puesto al día de quién tiene el mejor palo de la temporada.
Comentario procedente de la guía Asturias Gastronómica 2003/2004. En la edición 2005/2006, complementamos esta ilustración así:
La costumbre de escanciar la sidra provoca que ésta ruede por los suelos provocando malos olores, por tanto y salvo honrosas excepciones, suelen ser sitios bastante sucios
Ni que decir tiene que estamos hablando de los santones, de los que aparecen en todas las guías, de los incuestionables, de aquellos comedores de los que casi no hace falta ni hablar porque son de sobra conocidos dentro y fuera de nuestras fronteras.
Sin embargo no son tan homogeneos como en un principio pudiera parecer. Los hay de ciudad, de campo y hasta de playa, de propietario cocinero, maître o simplemente anfitrión, de corte clásico o renovador, incluso especialistas en pescados y mariscos. Lo que sí deben cumplir todos es un requisito, la seguridad de que el comensal nunca puede salir defraudado. Quizás no sean tan espectaculares como los jóvenes de cocina de autor, ni tan folklóricos como las casas de comidas o las sidrerías, pero a cambio sabemos que tendremos un servicio impecable, unas instalaciones perfectas, unas cartas impólutas y completas, una absoluta selección de productos, una elaboración y presentación esmeradas y, ¡atención!, que no habrá sustos en las facturas, algo que cada día se valora mas y que, curiosamente, en estos comedores, que son los mas lujosos, nunca se llevará usted esa desgradable sorpresa.Para muchos consumidores, incluso no pocos profesionales de la crítica, estos restaurantes están algo anquilosados, anclados en el pasado, aburridos, demasiado rígidos en sus formas. Yo no opino así, en la pluralidad está gran parte de la riqueza de nuestra oferta gastronómica y los clásicos nunca mueren.
Restaurantes de cocina de autor:Restaurante Al Son del Indiano Restaurante Casa Marcial Restaurante El Cenador del Azul Restaurante El Corral del Indianu Restaurante El Perro que fuma Restaurante La Casa de la Ribera Restaurante La Corriquera Restaurante L’ Alezna Restaurante La Puerta Nueva Restaurante La Solana Restaurante La Tabla Restaurante Paladares Restaurante San Pelayo Restaurante Taberna de Viavélez
Restaurantes de cocina de autor:
Armonía, estética, fractura con todo lo establecido, búsqueda de nuevos productos y formas de cocción, sabores sorprendentes y sobre todo mucha imaginación, casi rayando en la creatividad artística; todo esto es lo que se van a encontrar en estos jóvenes restaurantes.
A principio de los años ochenta, surgió el movimiento de “La Nueva Cocina Vasca”. Todo saltó por los aires y costó sangre, sudor y lágrimas, hacer entender a los comensales españoles que no solo hartándose de comida se podía disfrutar de una buena mesa. La cantidad dejó paso a la calidad, digamos que la hostelería entró en la parte intelectual de la gastronomía. Pero también hubo listos, cocineros sin escrúpulos que, aprovechando el tirón, copiaron sin cuartel a los maestros, llevando aquella hermosa revolución al esperpento, a la farsa, al abuso, al timo. Como respuesta surgió el concepto de “Cocina de Autor” donde no basta con hacer filigranas de Nueva Cocina, si no que éstas han de ser de cosecha propia, originales, personales. Suelen ser creaciones con notable carácter regional, basadas en las materias primas del terruño, pero tratadas con suma delicadeza, apenas cocinadas para mantener los sabores originales del producto.Son cocineros muy jóvenes y demasiado tentados por el papel couché, hasta el punto de que la mayoría de sus creaciones están más dirigidas a la fotografía de las revistas especializadas y a deslumbrar al crítico de turno, que a la propia satisfacción gastronómica del consumidor.
Armonía, estética, fractura con todo lo establecido, búsqueda de nuevos productos y formas de cocción, sabores sorprendentes y sobre todo mucha imaginación, casi rayando en la creatividad artística; todo esto es lo que se van a encontrar en estos jóvenes restaurantes.
A principio de los años ochenta, surgió el movimiento de “La Nueva Cocina Vasca”. Todo saltó por los aires y costó sangre, sudor y lágrimas, hacer entender a los comensales españoles que no solo hartándose de comida se podía disfrutar de una buena mesa. La cantidad dejó paso a la calidad, digamos que la hostelería entró en la parte intelectual de la gastronomía. Pero también hubo listos, cocineros sin escrúpulos que, aprovechando el tirón, copiaron sin cuartel a los maestros, llevando aquella hermosa revolución al esperpento, a la farsa, al abuso, al timo. Como respuesta surgió el concepto de “Cocina de Autor” donde no basta con hacer filigranas de Nueva Cocina, si no que éstas han de ser de cosecha propia, originales, personales. Suelen ser creaciones con notable carácter regional, basadas en las materias primas del terruño, pero tratadas con suma delicadeza, apenas cocinadas para mantener los sabores originales del producto.Son cocineros muy jóvenes y demasiado tentados por el papel couché, hasta el punto de que la mayoría de sus creaciones están más dirigidas a la fotografía de las revistas especializadas y a deslumbrar al crítico de turno, que a la propia satisfacción gastronómica del consumidor.
Restaurantes informales:
No vayan a pensar ustedes que estos comedores no son serios, ni por lo más remoto, incluso alguno de ellos bien podría estar entre Los Grandes Clásicos, sin embargo tienen algo más, una cierta chispa distinta, algo que impide encasillarlos bajo una determinada forma común, de ahí el nombre de este epígrafe, Los Informales, los que no comparten entre sí una misma forma.
Desde una modesta pizzería en el puerto de Gijón, con manteles de papel, donde podrán probar los mejores carpaccios y mozzarelas de España, hasta un deslumbrante comedor Art-Decó en el Oviedo antiguo, pasando por fastuosas marisquerías o modestas planchas, pero de donde salen unos pescados que el comensal jamás olvidará, todo esto lo podrá disfrutar visitando estos restaurantes. Puede parecer un cajón de sastre y quizás lo sea, pero en ningún caso esta selección desmerece de ninguna otra. Cada categoría es absolutamente soberana y, en este caso, sucede que la personalidad de cada establecimiento es tal, que no hay madre que los agrupe, salvo que dijésemos "Dónde comer de miedo", claro que en el resto de capítulos, también deberíamos decir lo mismo.Dada la diversidad de ofertas que compone este epígrafe, conviene fijarse en las características de cada establecimiento porque los saltos, tanto en precio como en instalaciones, puede ser de uno a cinco tenedores o peor aún, de diez a cincuenta euros.Restaurantes tipo casa de Comidas:Restaurante Casa Emburria Restaurante Casa Laureano Restaurante Casa Xico Restaurante El Chato Restaurante El Llar de Viri Restaurante La Nueva Allandesa Restaurante Riscal Restaurante Xuan de la Tuca
Se están poniendo de moda por toda España las Casas de Comidas de nuevo cuño, comedores decorados estilo "Country", donde una, un, o una pareja de exejecutivos, se las dan de rústicos sirviendo platos precocinados a los inexpertos y mogigatos turistas de fin de semana.
Éste no es el caso. Desde que se proyectó aquella diabólica publicidad televisiva en que una falsa asturiana daba de comer fabada de lata a los turistas que visitaban una supuesta aldea de Picos de Europa, me juré no dar cuartel a esos oportunistas que tanto daño están haciendo a la buena cocina casera y sobre todo, a la hostelería honrada, a la que lleva manteniendo el buen nombre de la gastronomía española. Asturias no es de las regiones mas castigadas por esta peste, quizás de las que menos, a pesar del siniestro anuncio. Aun así pocas son las verdaderas casas de comidas que se mantienen más allá de un aburrido menú del día, más destinado a viajantes o trabajadores eventuales de la zona, que preocupadas por mantener tradiciones y recetas que, en muchos casos, eran más complejas y sofisticadas que las de muchos comedores de postín. De todas formas y a pesar de mis advertencias, no dejen de probar los comedores económicos de nuestras aldeas. Suelen ofrecer una magnífica relación calidad/precio y en no pocas ocasiones se encontratrán con verdaderas sorpresas, agradables, por supuesto.El carácter familiar de estas casas suele implicar ciertos riesgos, como que la dueña se haya levantado con dolor de muelas o que ese día haya tocado freir sardinas, en cuyo caso habrá que hacer causa común con la anfitriona y al día siguiente llevar la ropa al tinte sin rechistar.Restaurantes tipo parrillas argentinas:Restaurante Asador de Abel Restaurante El Llagar del Quesu Restaurante El Llar de La Campana Restaurante Logos Restaurante Mesón Sancho
A caballo entre las auténticas gauchas y los asadores donostiarras, las parrillas asturianas han ido desarrollando una peculiar personalidad, toda una forma de sentarse a la mesa para ponerse uno ciego, por poco dinero y con una calidad gastronómica más que respetable.
Los arrabales de Buenos Aires están cuajados de verdaderos barracones donde los porteños acuden en familia para ponerse hasta las cejas de carne a la brasa, pero dentro de lo que su ralo presupuesto les permite. Esta visión de la hostelería fue importada a Asturias por algunos emigrantes, pero poco a poco tuvieron que ir adaptándose al medio. Así desaparecieron algunas golosinas como las patatas asadas con crema, los chinchulines o los riñones en su grasa. A cambio introdujeron los pescados, lo que en Argentina sería una aberración y alguna que otra entrada inventada por el cocinero de turno, que aporta su granito de creatividad. No son tampoco asadores vascos, porque en la mayoría de ellas prima el precio y por tanto hay muchos productos económicos, como las costillas, los chorizos criollos o el pollo al limón. Las aquí seleccionadas son las menos representativas porque hemos elegido las sin duda mejores, incluso algunas que más cerca están de un restaurante convencional que de una parrilla, pero lo que todas ofrecen es un magnífico nivel de calidad en sus carnes a la brasa.Cuando vean el anuncio de una parrilla que no esté aquí recomendada, miren antes de entrar, sobre todo si no quieren sufrir el bullicio de mil niños aulladores y otros tantos padres vociferantes.
Sidrerías asturianas:Restaurante sidrería Casa Olivo Restaurante sidrería El Cartero Restaurante sidrería El Molín de la Pedrera Restaurante sidrería La Cofradía del Puerto Restaurante sidrería Tierra Astur Restaurante sidrería Trabanco Sidrería La Figar
Es la forma autóctona de hostelería asturiana, o al menos así lo era hasta hace unos años en que la moda de la sidra cogió tal auge que hoy día se puede pagar bastante más por una comida en cualquiera de estos establecimientos que en el mejor de los restaurantes.
Antes se llamaban chigres debido a un peculiar tipo de sacacorchos de palanca (el que aparece en la foto), común a todos ellos y que fue inventado por un marinero que, aprovechando una maquinilla (chigre en términos náuticos), fabricó el curioso artilugio. En este apartado hemos seleccionado las más representativas, cada una en un estilo diferente, desde una antigua y típica, La Figar, hasta los sofisticados y elegantes comedores de La Parra o la Cofradía del Puerto, donde casi da apuro pedir sidra para comer. De todas formas las más tradicionales no están porque, para no cometer injusticias, habría que meter a todas y eso supondría por sí solo una guía más voluminosa que ésta. Esta selección obedece a unos criterios de calidad que no suelen cumplir el resto: ruidos, humos, falta de limpieza, mal servicio, carencia de originalidad, decoración deprimente, etc. De todas formas, cuando hayan ustedes probado éstas, ya sabrán por donde van los tiros y si les gusta ese ambiente, descuiden, que los bebedores de sidra somos parlanchines y camaradas y en cuatro días les habrán puesto al día de quién tiene el mejor palo de la temporada.
Comentario procedente de la guía Asturias Gastronómica 2003/2004. En la edición 2005/2006, complementamos esta ilustración así:
La costumbre de escanciar la sidra provoca que ésta ruede por los suelos provocando malos olores, por tanto y salvo honrosas excepciones, suelen ser sitios bastante sucios
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