Club de Guisanderas de AsturiasSon las mejores guardianas de la tradición. Las que día a día honran los orígenes de la cocina asturiana, rememorando antiguas recetas y rescatando del olvido sabores de antaño. Foto cedida por el Club de Guisanderas de Asturias
La figura de las guisanderas no pasa de moda. Las que antiguamente cocinaban en las aldeas asturianas y eran requeridas en las celebraciones, son ahora mujeres modernas que siguen disfrutando con lo que saben hacer: preparar auténticas delicatessen en los fogones. Son 35 mujeres las que forman este Club, cuyo principal cometido es recuperar y conservar la cocina tradicional asturiana. Y lo siguen haciendo a pesar de que corren aires de modernidad para la gastronomía asturiana. Ellas se han actualizado en tecnología, en formación, se han adaptado a las nuevas corrientes del buen comer sin olvidar los orígenes. "Nosotras cocinamos lo más actual, pero siempre recordando y dejando constancia de lo tradicional, porque son nuestras raíces". Con estas palabras, Amada Alvarez presidenta del Club recoge la filosofía de las guisanderas, que saben "que no es posible hacer sofisticaciones de la fabada si no se sabe cocinar la morcilla".
Foto: Juanjo Arrojo
Gracias a diferentes publicaciones del Club han traído el pasado al presente a base de recopilar ancestrales recetas y costumbres gastronómicas. Gracias a diferentes publicaciones del Club han traído el pasado al presente a base de recopilar ancestrales recetas y costumbres gastronómicas. Y en su trabajo de conservación de la cultura gastronómica asturiana encuentran siempre quien las apoye. Por ello desde hace tres años han instituido el premio Guisandera de oro, con el que agradecen y reconocen la labor desinteresada de diferentes personas o colectivos en favor del Club. El primer año, fue el Diario El Comercio y su sección El Yantar quien recibió la estatuilla de la guisandera, una réplica de la original que es ya el emblema de esta asociación. El segundo año, fue el conocido gastrónomo José Antonio Fidalgo quien recibió este homenaje por su ayuda incondicional a las guisanderas, que como ellas mismas reconocen "es para ellas más que un colaborador, es un padre".En un ejercicio de justa corres

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